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Identidad minima

Identidad minima

Finalmente me di cuenta hoy por qué la política y la religión generan discusiones tan singularmente inútiles.

Por regla general, cualquier mención de la religión en un foro en línea degenera en un argumento religioso. ¿Por qué? ¿Por qué sucede esto con la religión y no con Javascript o la repostería u otros temas de los que habla la gente en los foros?

Lo que es diferente acerca de la religión es que las personas no sienten que necesitan tener una experiencia particular para tener opiniones al respecto. Todo lo que necesitan son creencias fuertemente arraigadas, y cualquiera puede tenerlas. Ningún hilo sobre Javascript crecerá tan rápido como uno sobre religión, porque las personas sienten que tienen que superar cierto umbral de experiencia para publicar comentarios al respecto. Pero en religión todos son expertos.

Entonces me di cuenta: este es el problema de la política también. La política, como la religión, es un tema en el que no existe un umbral de experiencia para expresar una opinión. Todo lo que necesitas son fuertes convicciones.

¿Tienen la religión y la política algo en común que explique esta similitud? Una posible explicación es que se ocupan de preguntas que no tienen respuestas definitivas, por lo que no hay contrapresión en las opiniones de las personas. Como no se puede demostrar que nadie está equivocado, toda opinión es igualmente válida, y percibiendo esto, cada uno deja volar la suya.

Pero esto no es cierto. Ciertamente, hay algunas preguntas políticas que tienen respuestas definitivas, como cuánto costará una nueva política gubernamental. Pero las cuestiones políticas más precisas corren la misma suerte que las más vagas.

Creo que lo que la religión y la política tienen en común es que se vuelven parte de la identidad de las personas, y las personas nunca pueden tener una discusión fructífera sobre algo que es parte de su identidad. Por definición son partidistas.

Los temas que involucran la identidad de las personas dependen de las personas, no del tema. Por ejemplo, una discusión sobre una batalla que incluyera a ciudadanos de uno o más de los países involucrados probablemente degeneraría en una discusión política. Pero una discusión hoy sobre una batalla que tuvo lugar en la Edad del Bronce probablemente no lo haría. Nadie sabría de qué lado estar. Así que no es la política la fuente del problema, sino la identidad. Cuando la gente dice que una discusión ha degenerado en una guerra religiosa, lo que realmente quiere decir es que ha comenzado a ser impulsada principalmente por personas, y sus identidades.

Debido a que el punto en el que esto sucede depende de las personas y no del tema, es un error concluir que debido a que una pregunta tiende a provocar guerras religiosas, no debe tener respuesta. Por ejemplo, la cuestión de los méritos relativos de los lenguajes de programación a menudo degenera en una guerra religiosa, porque muchos programadores se identifican como programadores X o programadores Y. Esto a veces lleva a la gente a concluir que la pregunta debe ser incontestable: que todos los languajes son igualmente buenos. Obviamente eso es falso: cualquier otra cosa que la gente haga puede estar bien o mal diseñada; ¿Por qué debería ser esto únicamente imposible para los lenguajes de programación? Y, de hecho, puede tener una discusión fructífera sobre los méritos relativos de los lenguajes de programación, siempre que excluya a las personas que responden desde la identidad.

De manera más general, puede tener una discusión fructífera sobre un tema solo si no involucra las identidades de ninguno de los participantes. Lo que hace que la política y la religión sean campos de minas es que involucran las identidades de muchas personas. Pero, en principio, podría tener una conversación útil sobre ellos con algunas personas. Y hay otros temas que pueden parecer inofensivos, como los méritos relativos de las camionetas Ford y Chevy, de los que no podría hablar con seguridad.

Lo más intrigante de esta teoría, si es correcta, es que explica no solo qué tipo de discusiones evitar, sino cómo tener mejores ideas. Si las personas no pueden pensar con claridad acerca de algo que se ha convertido en parte de su identidad, entonces, en igualdad de condiciones, el mejor plan es dejar que la menor cantidad de cosas entren en su identidad como sea posible.

La mayoría de las personas que lean esto ya serán bastante tolerantes. Pero hay un paso más allá de pensar en ti mismo como x pero tolerando y: ni siquiera considerarte un x. Cuantas más etiquetas tengas para ti mismo, más tonto te harán.

Notas

Cuando eso sucede, tiende a suceder rápido, como si un núcleo se volviera crítico. El umbral para participar se reduce a cero, lo que atrae a más personas. Y tienden a decir cosas incendiarias, que provocan más y más enfadados contraargumentos.

Puede haber algunas cosas que es una ganancia neta incluir en su identidad. Por ejemplo, ser científico. Pero podría decirse que es más un marcador de posición que una etiqueta real, como poner RUC en un formulario del SRI que solicita la inicial de su segundo nombre, porque no lo compromete a creer nada en particular. Un científico no se compromete a creer en la selección natural de la misma manera que un literalista bíblico se compromete a rechazarla. A lo único que se ha comprometido es a seguir la evidencia a dondequiera que conduzca.

Considerarse un científico equivale a poner un letrero en un armario que diga "este armario debe mantenerse vacío". Sí, estrictamente hablando, estás poniendo algo en el armario, pero no en el sentido ordinario.

Gracias a Alejandro Cantillo por el formato y Ricardo Mena por leer esto y pulirlo para que sea más digerible la información, a Alejandro Terán, Adrián Enríquez y Luiggy Macias